Despierta la vetusta ciudad con la promesa de un nuevo día…
El sol asoma con fuerza y el abarrotado andén espera una vez más las idas y venidas de los desvencijados trenes que acogen, en sus raídas entrañas, a sus singulares viajeros…
Los humildes pasillos y recovecos de los vagones, atestados de pasajeros, se convierten así en testigos de las más curiosas historias, momentos y vivencias…
Cada ventana nos muestra una escena diferente y única, adornada con profundas miradas, infinitas tristezas, inocentes sonrisas, recónditos pensamientos…
Son emociones en su versión más pura… gozo, soledad, alegría, tristeza y vida al mismo tiempo…
Mucha vida…
Son, simplemente…
Historias de un Tren…